Con estas palabras sencillas se inicia la temporada de ir a las praderas, mesetas, cañones y altas serranías donde la naturaleza ofrece para los hombres y mujeres de campos montañosos y fríos el codiciado fruto silvestre llamado: “piñón”.
La recolección constante del fruto conocido como piñón, que nace en forma de cono y cobijado en una piña con las mismas características de las plantas denominadas coníferas y que existen en lugares altos, fríos y en muchos de los casos en lugares muy lejanos de las poblaciones principales.
Es el caso de la Villa de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, que está rodeado hacia el poniente de varios retazos de pinos llamados pinabetes y en su lejanía, existen grandes extensiones de dos variedades de la planta piñonera, pinabete y piñón duro.
La población en general, en la temporada de producción se dedica a recolectarlo con precauciones o sin ellas, en esta actividad campesina a través del tiempo, varios seres humanos y animales han perdido la vida. Las alturas y fragilidad de los pinos han hecho caer a los recolectores más valientes cuando se deslizan por unas piñas que se encuentran en las ramas retiradas de los brazos de los mismos.
Lo cierto es que cuando una familia es organizada, obtiene buenas ganancias, otros hacen parajes por varios meses en las temporadas del piñón.
Mientras que otros recorren grandes distancias para quedarse unos días o semanas y regresan por víveres, es el caso de nuestro amigo Mario Silva, quien en compañía de su hermano “Lolo”, se hicieron llegar hasta la sierra conocida como el “Estillero”, del municipio de Bustamante, Tamaulipas durante la semana del 9 al 14 de marzo del año en curso, estar en esos lugares lejanos es un verdadero regalo de Dios, pero los peligros son varios y más aún cuando se terminan los pares de tortillas, agua o lo que se lleve y hay que regresar al pueblo. En otras ocasiones los días nublados hacen que se pierda el rumbo del paraje, las veredas se vuelven sin sentido y el temor nos invita a tomar caminos diferentes.
Nuestro amigo “Lolo”, personaje muy conocido en el pueblo, perdió el rumbo he hizo que su hermano Mario sufriera los momentos más angustiosos de su vida y al no encontrarlo o pensar que se había regresado al pueblo, a fines de semana regresó a casa para dar aviso, su padre se marchó de inmediato a buscar a “Lolo”. Pero la búsqueda fue nula, para el día sábado 14, como a las 2 de la tarde, ya la presidencia municipal tenía conocimiento del auxilio pedido para salir a buscar a “Lolo”. Fue como a las 6 de la tarde que la señora Celia Ríos Llamas, por su aparato de sonido invitó al pueblo en general, para salir a buscar a nuestro amigo “Lolo”, el domingo a las 6 de la mañana y así empezó a circular la voz de casa en casa, de tienda en tienda, tortillería, en tortillería, de molino a molino, de calle a calle, o sea, todo el pueblo comentaba de nuestro personaje, “Lolo”, bueno algunos mirábamos caminar a una persona sola y cansada y ya parece que decíamos: Ahí está “Lolo”, pero nos llevamos la sorpresa que no era.
Varios días buscando a “Lolo”, para el lunes 16, la psicosis aumentaba, no se sabía nada del perdido, la capital del estado ya tenía conocimiento y cruzando el medio día, un helicóptero cruzo el espacio bustamantense para dar el auxilio, las autoridades buscaron a las personas que pudieran servir de guías y de dos que localizaron, fue el hombre que un día quiso volar de un mezquite y cayó entre los nopales, él abordó el helicóptero y enfilaron el vuelo hacia los montes del “estillero”, dieron varias vueltas, pero se mostró impenetrable, pues la turba o maleza de pinos y arbustos, era imposible dar con el perdido y regresaron al campo deportivo a dejar a Macario Verber Carrera y la gente se amontonó en la calles cercana y otros en el campo, para ver si ya venía “Lolo”; pero acción fallida, como quiera le preguntaron a Macario, ¿cómo vienes, estás completo, bien, no te sucedió algún accidente?....., Y mi amigo Macario con una sonrisa dibujada, dijo. No lo encontramos, es que el monte está muy cerrado y nublado el lugar. Pero gracias a “Lolo”, ahora sí ya volé por Bustamante. Lo que no se acuerda la gente, es que Macario, había volado hacía mucho tiempo.
Regresaron por la tarde los de a pie y la misma razón, no habían encontrado nada, entonces las platicas se intensificaron en todas partes y los que conocían bien la sierra dijeron que también se incorporarían a la búsqueda, pues algo tenían que encontrar del perdido, aseguraban que hay lugares donde no se puede salir para ninguna parte y que ahí podría estar “Lolo”. El 17 por la mañana emprendieron la búsqueda y al llegar al terreno se dividieron los tramos, fue la cuadrilla que integraba el policía municipal Pedro Alvarado Contreras, a petición de Mario Silva, quien aseguraba que para ese lado no lo habían buscado bien y enfilaron varios a realizar la búsqueda, entre ellos iban: Rodrigo Hernández Jerónimo, Salomé Hernández Jerónimo, Juan Hernández Pineda y otros compañeros.
Después de unas horas, Pedro Alvarado Contreras, le informa a su comandante Anacleto Rodríguez Zúñiga, que entre el cañón se oían unos gritos ajojados, (cansados) y que se dirigirían hacia ese lugar. Después de pasar por espacios difíciles, fueron a dar hasta donde se encontraba el personaje, “Lolo”, quien al verlos seguramente recibió la alegría mas grande de su vida, pues se había perdido 5 días aproximadamente, pero comentan los que lo encontraron que todavía, estaba comiendo piñones y tría en su morral para seguirla pasando.
Después de que lo encontraron hicieron todas las maniobras para llevarlo hasta el pueblo y darle la felicidad perdida a sus padres, hermanos y familiares, la tranquilidad al pueblo y que la vivencia de “Lolo”. Trascendiera para la eternidad.
En entrevista telefónica con el Comandante Municipal: Anacleto Rodríguez Zúñiga, el día miércoles 18 de marzo a las 7:30 horas aproximadamente, me comentó lo siguiente: “El día de ayer encontramos a “Lolo”, vivo, con un morral con piñones todavía, estaba bueno y sano, encañonado por el tanque de Nicha, entre los cañones, de ahí ya no podía pasar para ninguna parte, pero lo importante es que se localizó sano y salvo, gracias al apoyo de mucha gente y las indicaciones permanentes del Presidente Municipal”.
Pues en todo momento se brindó el apoyo a la familia y gracias al Delegado de la Rural C. Mario Alberto Delgado Tovar y sus colaboradores, quienes en todo momento estuvieron pendientes del problema y apoyaron incondicionalmente, a los ejidos de Felipe Ángeles, Gabino Vázquez y Joya de Herrera, quienes voluntariamente dieron su apoyo y a todas las personas que participaron en esta búsqueda que terminó positivamente y no en una desgracias.
La familia de “Lolo”, le da las gracias a todos los que participaron, para que su hijo regresara a casa bueno y salvo y queda de experiencia la frase. “ ¡Vámonos a los piñones!” Pues ir a recolectar éste fruto silvestre es muy bueno, pero necesita todas las precauciones necesarias y a partir de ahora el joven “Lolo” Silva Hernández, es más popular que cualquier otro personaje de nuestro pueblo, porque tuvo la fortuna de ser tocado por la mano de Dios, al darle la fortaleza de sobrevivir varios días con sus noches, sin agua y comida, solamente con las vitaminas que otorgan las pulpas del piñón, tal vez un médico serio, un sacerdote, un creyente responsable y la voluntad misma del ser supremo, nos aclaren el milagro de “Lolo” y no hay que olvidar que su inteligencia o vigilia, jamás lo llevó a la desesperación, de lo contrario la historia hubiera sido diferente. Gracias “Lolo” por unificar a todo un pueblo y sus alrededores por unos días y esperemos que te hayas comunicado con San Francisco de Asís, en ese solitario lugar, dónde volviste a nacer.
Res non verba.
La recolección constante del fruto conocido como piñón, que nace en forma de cono y cobijado en una piña con las mismas características de las plantas denominadas coníferas y que existen en lugares altos, fríos y en muchos de los casos en lugares muy lejanos de las poblaciones principales.
Es el caso de la Villa de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, que está rodeado hacia el poniente de varios retazos de pinos llamados pinabetes y en su lejanía, existen grandes extensiones de dos variedades de la planta piñonera, pinabete y piñón duro.
La población en general, en la temporada de producción se dedica a recolectarlo con precauciones o sin ellas, en esta actividad campesina a través del tiempo, varios seres humanos y animales han perdido la vida. Las alturas y fragilidad de los pinos han hecho caer a los recolectores más valientes cuando se deslizan por unas piñas que se encuentran en las ramas retiradas de los brazos de los mismos.
Lo cierto es que cuando una familia es organizada, obtiene buenas ganancias, otros hacen parajes por varios meses en las temporadas del piñón.
Mientras que otros recorren grandes distancias para quedarse unos días o semanas y regresan por víveres, es el caso de nuestro amigo Mario Silva, quien en compañía de su hermano “Lolo”, se hicieron llegar hasta la sierra conocida como el “Estillero”, del municipio de Bustamante, Tamaulipas durante la semana del 9 al 14 de marzo del año en curso, estar en esos lugares lejanos es un verdadero regalo de Dios, pero los peligros son varios y más aún cuando se terminan los pares de tortillas, agua o lo que se lleve y hay que regresar al pueblo. En otras ocasiones los días nublados hacen que se pierda el rumbo del paraje, las veredas se vuelven sin sentido y el temor nos invita a tomar caminos diferentes.
Nuestro amigo “Lolo”, personaje muy conocido en el pueblo, perdió el rumbo he hizo que su hermano Mario sufriera los momentos más angustiosos de su vida y al no encontrarlo o pensar que se había regresado al pueblo, a fines de semana regresó a casa para dar aviso, su padre se marchó de inmediato a buscar a “Lolo”. Pero la búsqueda fue nula, para el día sábado 14, como a las 2 de la tarde, ya la presidencia municipal tenía conocimiento del auxilio pedido para salir a buscar a “Lolo”. Fue como a las 6 de la tarde que la señora Celia Ríos Llamas, por su aparato de sonido invitó al pueblo en general, para salir a buscar a nuestro amigo “Lolo”, el domingo a las 6 de la mañana y así empezó a circular la voz de casa en casa, de tienda en tienda, tortillería, en tortillería, de molino a molino, de calle a calle, o sea, todo el pueblo comentaba de nuestro personaje, “Lolo”, bueno algunos mirábamos caminar a una persona sola y cansada y ya parece que decíamos: Ahí está “Lolo”, pero nos llevamos la sorpresa que no era.
Varios días buscando a “Lolo”, para el lunes 16, la psicosis aumentaba, no se sabía nada del perdido, la capital del estado ya tenía conocimiento y cruzando el medio día, un helicóptero cruzo el espacio bustamantense para dar el auxilio, las autoridades buscaron a las personas que pudieran servir de guías y de dos que localizaron, fue el hombre que un día quiso volar de un mezquite y cayó entre los nopales, él abordó el helicóptero y enfilaron el vuelo hacia los montes del “estillero”, dieron varias vueltas, pero se mostró impenetrable, pues la turba o maleza de pinos y arbustos, era imposible dar con el perdido y regresaron al campo deportivo a dejar a Macario Verber Carrera y la gente se amontonó en la calles cercana y otros en el campo, para ver si ya venía “Lolo”; pero acción fallida, como quiera le preguntaron a Macario, ¿cómo vienes, estás completo, bien, no te sucedió algún accidente?....., Y mi amigo Macario con una sonrisa dibujada, dijo. No lo encontramos, es que el monte está muy cerrado y nublado el lugar. Pero gracias a “Lolo”, ahora sí ya volé por Bustamante. Lo que no se acuerda la gente, es que Macario, había volado hacía mucho tiempo.
Regresaron por la tarde los de a pie y la misma razón, no habían encontrado nada, entonces las platicas se intensificaron en todas partes y los que conocían bien la sierra dijeron que también se incorporarían a la búsqueda, pues algo tenían que encontrar del perdido, aseguraban que hay lugares donde no se puede salir para ninguna parte y que ahí podría estar “Lolo”. El 17 por la mañana emprendieron la búsqueda y al llegar al terreno se dividieron los tramos, fue la cuadrilla que integraba el policía municipal Pedro Alvarado Contreras, a petición de Mario Silva, quien aseguraba que para ese lado no lo habían buscado bien y enfilaron varios a realizar la búsqueda, entre ellos iban: Rodrigo Hernández Jerónimo, Salomé Hernández Jerónimo, Juan Hernández Pineda y otros compañeros.
Después de unas horas, Pedro Alvarado Contreras, le informa a su comandante Anacleto Rodríguez Zúñiga, que entre el cañón se oían unos gritos ajojados, (cansados) y que se dirigirían hacia ese lugar. Después de pasar por espacios difíciles, fueron a dar hasta donde se encontraba el personaje, “Lolo”, quien al verlos seguramente recibió la alegría mas grande de su vida, pues se había perdido 5 días aproximadamente, pero comentan los que lo encontraron que todavía, estaba comiendo piñones y tría en su morral para seguirla pasando.
Después de que lo encontraron hicieron todas las maniobras para llevarlo hasta el pueblo y darle la felicidad perdida a sus padres, hermanos y familiares, la tranquilidad al pueblo y que la vivencia de “Lolo”. Trascendiera para la eternidad.
En entrevista telefónica con el Comandante Municipal: Anacleto Rodríguez Zúñiga, el día miércoles 18 de marzo a las 7:30 horas aproximadamente, me comentó lo siguiente: “El día de ayer encontramos a “Lolo”, vivo, con un morral con piñones todavía, estaba bueno y sano, encañonado por el tanque de Nicha, entre los cañones, de ahí ya no podía pasar para ninguna parte, pero lo importante es que se localizó sano y salvo, gracias al apoyo de mucha gente y las indicaciones permanentes del Presidente Municipal”.
Pues en todo momento se brindó el apoyo a la familia y gracias al Delegado de la Rural C. Mario Alberto Delgado Tovar y sus colaboradores, quienes en todo momento estuvieron pendientes del problema y apoyaron incondicionalmente, a los ejidos de Felipe Ángeles, Gabino Vázquez y Joya de Herrera, quienes voluntariamente dieron su apoyo y a todas las personas que participaron en esta búsqueda que terminó positivamente y no en una desgracias.
La familia de “Lolo”, le da las gracias a todos los que participaron, para que su hijo regresara a casa bueno y salvo y queda de experiencia la frase. “ ¡Vámonos a los piñones!” Pues ir a recolectar éste fruto silvestre es muy bueno, pero necesita todas las precauciones necesarias y a partir de ahora el joven “Lolo” Silva Hernández, es más popular que cualquier otro personaje de nuestro pueblo, porque tuvo la fortuna de ser tocado por la mano de Dios, al darle la fortaleza de sobrevivir varios días con sus noches, sin agua y comida, solamente con las vitaminas que otorgan las pulpas del piñón, tal vez un médico serio, un sacerdote, un creyente responsable y la voluntad misma del ser supremo, nos aclaren el milagro de “Lolo” y no hay que olvidar que su inteligencia o vigilia, jamás lo llevó a la desesperación, de lo contrario la historia hubiera sido diferente. Gracias “Lolo” por unificar a todo un pueblo y sus alrededores por unos días y esperemos que te hayas comunicado con San Francisco de Asís, en ese solitario lugar, dónde volviste a nacer.
Res non verba.
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