sábado, 27 de noviembre de 2010


C. MARIA DE JESÚS NAVA GÓMEZ
(1888 – 1976)

 
    En el rancho conocido como San Miguel de Waldo, Municipio de Bustamante, Tamaulipas, nació la niña Ma. de Jesús Nava Gómez, el año de 1888. Fueron sus padres Protasio Nava Bernal, y Ma. de Jesús Gómez. Este matrimonio formó una familia numerosa integrado por: Feliciano, Protasio, José, Francisco, Juan, María de Jesús, Clara, María de la Luz, Belem y Cerafina Nava Gómez.
    Esta familia fue conocida como emprendedora, de mucho trabajo, siempre responsable dedicada a su pequeña propiedad, con el transcurrir de los años se fueron integrando a otras familias de la región, siendo semillero de gente trabajadora, educada, músicos y en algunos casos revolucionarios del Carrerismo.
    La joven María de Jesús Nava Gómez, contrajo matrimonio en 1912 con el C. Odón Trejo Martínez, hijo del Sr. Longinos Trejo, este nuevo matrimonio bustamantenses se constituyó cuando el primer periodo revolucionario gozaba de aparente calma, pues el general Alberto Carrera Torres, año y medio antes había tomado las armas para derrocar al Porfiriato y los malos hacendados del área, donde familiares de los Nava, también se enrolaron en su "Ejército Regenerador de Tamaulipas".
    El matrimonio Trejo Gómez, formó una familia numerosa, siendo su hijo primogénito el niño Abdón, quien nació un 22 de enero de 1915 y murió en 1993, Abdón fue toda una institución con el tiempo en Tamaulipas y la Cd, de México, pues tomó la carrera de las armas llegando a mayor y egresado del Heroico Colegio Militar de México. Fueron hermanos de
Abdón: Longinos, Esperanza, Carlos, Bertha, Inocencio, Rigoberto, Gloria, Ninfa y Baudelio. En un matrimonio anterior don Odón Trejo Martínez había tenido a Crisogono, María Aurora, Pedro y Miguel Trejo Hernández, pero doña María de Jesús, los veía como a sus propios hijos.
    Como podemos observar la familia Trejo Gómez fue muy grande y vivieron los momentos más difíciles de la Revolución Mexicana, sin embargo supieron sacar adelante a todos sus hijos. Al morir don Odón, la señora María de Jesús Nava Gómez, seguía dirigiendo a sus hijos sin importar que fueran adultos, les llamaba la atención con autoridad y cuando le asistiera la razón, es el caso de su hijo Baudelio que nada mas la veía llegar a donde el estaba y sin hacer ruido, salía escurridizo rumbo a su casa, aunque este gran personaje le hacia bromas sanas cuando le cambiaba los billetes verdaderos por billetes de juguete y para cuando se daba cuenta doña María de Jesús era muy tarde, sin embargo su buen sentido del humor le regresaba la sonrisa y se compadecía de su hijo diciendo: pobre de mi hijo que Dios lo cuide y como Bendición divina Baudelio todavía vive, toca instrumentos musicales, compone bonitos corridos de la región y los canta en estos tiempos.
    Todos los hijos de doña María de Jesús Nava Gómez, fueron progresistas gracias a su gran interés de conducirlos, formarlos y heredarles sanos principios, unos fueron militares, Abdón (mayor) e Inocencio (teniente), don Carlos, político honesto y reconocido, doña Bertha, enfermera en la Villa y los demás formaron familias que en la actualidad le sirven a Tamaulipas y a México, en diferentes trincheras de trabajo.
    Doña María de Jesús Nava Gómez murió el 29 de noviembre de 1976 en la Villa de Mineral De Bustamante, Tamaulipas, México, sus restos descansan en el panteón municipal de la propia villa, al final de la calle Morelos con destino al norte.
    Doña María de Jesús Nava Gómez, merece un lugar importante en las paginas de la historia de Mineral de Bustamante y Tamaulipas, hoy y siempre.

 
J. León Rodríguez Zúñiga
Cronista Municipal de Bustamante, Tam.
18 de Noviembre 2010.
 
A FUEGO LENTO III Por. J. León Rodríguez Zúñiga Cronista Municipal Correo electrónico: J.LEONRZ@hotmail.com.

viernes, 19 de noviembre de 2010

LOS FESTEJOS REVOLUCIONARIOS

A FUEGO LENTO III

Por: J. León Rodríguez Zúñiga

Cronista de Mineral de Bustamante, Tamaulipas, México.


 

LOS FESTEJOS REVOLUCIONARIOS

En estos momentos en todos los rincones del México moderno se festejan los doscientos años de la Independencia de México y los Cien años de la Revolución Mexicana. Los actos son masivos, de autoridades contadas, de instituciones completas por atención cívica y en forma muy humilde de quines sintieron de cerca la muerte de sus familiares que participaron en el el último acontecimiento revolucionario de la patria que adoramos y anhelamos sea más justa con el verdadero pueblo.

Es cuestionable que los ejidos de nuestra nación, no se escuchen en los medios de información, donde se esté festejando con todas las de la ley la Revolución Mexicana que inicio Emiliano Zapata Salazar y Alberto Carrera Torres, el primero a nivel nacional y el segundo en Tamaulipas con esfuerzo nacionalista.

Tal vez las grandes cabalgatas que se realizan en diferentes lugares de la geografía Nacional, justifiquen los intentos de lucha social de los revolucionarios que tomaron las armas para defender la tierra, entre ellos no podemos dejar de lado a Francisco Villa, cuyo nombre verdadero era Doroteo Arango. Aunque las cabalgatas se implementaron para rescatar la tradición de la charrerìa del México de ayer y fortalecer los lazos de amistad entre los hombres, caballos y pueblos.

Pues verá usted respetable lector, de esta manera se trasladaban los ejércitos revolucionarios de todos los tiempos a diferentes lugares, unos con varias jornadas de cabalgata, llevando armas, cañones, y todo tipo de municiones del momento. En la Revolución o tiempos modernos, los ferrocarriles trasladaban los caballos y los jinetes, mientras que en tiempos anteriores los barcos se encargaban de trasladar caballo y hombre, nadamàs cheque la historia de Hernán Cortes.

Pero regresemos al verdadero sentir de los que lucharon por vivir mejor hacen cien años, cuando tallar era un martirio por el simple hecho de que la fibra tenia que entregarse en la tienda de raya y todavía seguían debiendo a la tienda, o aquel pastor que cuidaba grandes ganados sin poder disfrutar nada, pues al perderse un cabrio tenían que pagarlo con trabajo, aquel vaquero que arreaba grandes ganados vacunos o caballares, pero que vivía en la pobreza absoluta, con vestido cuestionable, quizás los que vivían mejor en el medio rural eran los rancheros que sobrevivirán en los predios menos productivos, pero que ellos los hacían valer.

Mientras que en las ciudades los intereses eran diferentes, la lucha por la vida se daba entre los obreros, los que vivían en las pobres prefieres de la gran ciudad o pequeña, ahí donde los grandes capitales nacionales y extranjeros, querían más producción en sus empresas. Bueno la vida nacional se había estancado en dos clases muy marcadas. Los pobres en gran número y en un reducido grupo de ricos.

En estos tiempos los hombres y mujeres de la comunidad rural, tienen tierra, pero que ya mejor la venden para cambiar de rumbo, los creadores de chivas, vacas, caballos, asnos, mulas y otros, cada día son menos aunque con la ventaja de ser dueños y libres de ganancias, mientras que otros buscan mejores horizontes para progresar en todos los aspectos.

El problema se agrava cuando a cien años, todavía la inseguridad, busca introducirse en todos los grupos sociales del México actual. Pero es importante hacer notar que la verdadera Revolución Mexicana, es cuando se buscan mejores propuestas de bienestar social para los pueblos y claro que en períodos de cien años suceden muchas cosas impredecibles para el ser vivo sobre la tierra nuestra.

Res non verba.

¿Cuál es el antecedente de la Revolución Mexicana?


 A FUEGO LENTO III
Por: J. León Rodríguez Zúñiga
Cronista de Mineral de Bustamante, Tamaulipas.

 ¿Cuál es el antecedente de la Revolución Mexicana?


La época del Porfiriato en todo el país tenía diferentes caras ante la sociedad, en las grandes y progresistas ciudades el plano urbano lucía elegante, con un rostro diferente y marcado en comparación con las villas, barrios y pueblos pequeños; pero para las lujosas hacendadas todo era auge económico a costa de la explotación del trabajo humano.


Don Porfirio Díaz Mori, que venía de una clase media, de ganar gloriosas batallas para el país y por supuesto de luchar de mil formas para ascender al poder absoluto con planes de carácter social, mismo que fue cambiando con el correr de los años en la silla presidencial convertido en dictador adulado por capitales nacionales y extranjeros. Logró aglutinar a todo un pueblo de clase media, harapienta e intelectuales militares y civiles en poca escala pero inmersos en la gran masa social, para iniciar el movimiento revolucionario del 20 de noviembre de 1910, con el único propósito de derrocarlo por la vía de las armas.


¿En dónde surgen los primeros Revolucionarios de 1910?


 
En ciudades, villas, pueblos y sobre todo en las serranías mexicanas, se preparaban guerrilleros que después serían los enemigos del ejército del gobierno federal y de los estados al convertirse en numerosos contingentes levantados en armas alentados por el "Plan de San Luis Potosí", promulgado por Don Francisco Y. Madero.






En Tamaulipas, el profesor y general Alberto Carrera Torres, es el primer tamaulipeco que toma las armas en contra del porfirismo, apoyando a Madero y por ende a los obreros, campesinos y peones que sufrían la desigualdad social del momento.
Hoy en día, en algunos pueblos como Mineral de Bustamante, nos podemos pasear por las calles Negrete, Josefa Ortiz de Domínguez o mejor dicho por las arterias orilleras y nos daremos cuenta que siguen siendo las mismas, cercadas con piedra bola, órganos y rama, en otras palabras ahí no llegó la mano benefactora de la revolución cantada y encantada, pero sí se puede gozar de libertad para dormir las 24 horas si se quiere o trabajar cuando se necesite, pues esa libertad sí está vigente.


Pero: ¿Quiénes se levantaron en armas en la región de Bustamante, Miquihuana, Palmillas, Jaumave y Tula, Tamaulipas. Mier y Noriega y Dr. Arroyo; Nuevo León?


En primer lugar hagamos una remembranza de los hombres y mujeres que participaron en la Revolución y busquemos su origen.


En 1859, existía una familia integrada por Dionisio Carrera y Petra Muñoz, en la hacienda del Carmen, Jurisdicción de Villa Hidalgo, San Luis Potosí. Donde se cree que nació Candelario Carrera Muñoz, pero se comenta por otra parte que era originario del Municipio de Guadalczar del mismo estado, don Dionisio y doña Petra, fueron los padres de Candelario, Octaviano y Mariano Carrera Muñoz.
Mientras tanto en el rancho de San Antonio de Padua, Jurisdicción de Bustamante, Tamaulipas, otro matrimonio formado por Epifanio Torres y Felicitas Villanueva, trajeron al mundo a la niña Juana Torres Villanueva un 24 de Junio de 1858. El matrimonio integrado por los Torres Villanueva, fueron también los padres de Petra Torres Villanueva, hermana directa de doña Juana Torres, no se tienen datos de otros hermanos hasta la fecha.


¿Cuáles fueron los Hijos de Candelario Carrera Muñoz y Juana Torres Villanueva?


 Candelario Carrera Muñoz, contrajo matrimonio con Juana Torres Villanueva entre los años de 1886 o 1888. Debo aclarar los años anteriores porque doña Juana aseguró que su hijo Alberto nació el 20 de agosto de 1887 en el rancho de Atarjeas, municipio de Bustamante y don Candelario asentó en acta de Calabacillas, que su hijo había nacido el 20 de agosto de 1889 en el rancho el Polvo, la verdad es que los datos de nacimiento de doña Juana oscilan en dos fechas diferentes, 24 de junio de 1858 y 1859, en caso de
ser cierta la primera y es la mas segura, porque en la tumba de doña Juana Torres Villanueva, ubicada en el panteón municipal de San Luis Potosí, denominado . "El Saucito". Dice: "Nació el 24 de Junio de 1858 y murió el 22 de Agosto de 1940", (dato proporcionado recientemente por Antonio Humberto Aranda Carrera el 11 de noviembre del 2010, nieto de Don Benito Carrera Torres). Don Candelario nació en 1858, según la edad que dio cuando registró a su hijo Alberto. Este humo de fechas de nacimiento alcanzó a don Alberto Carrera Torres, pues no se ha dilucidado cabalmente
la fecha de su nacimiento de acuerdo a una acta fidedigna.


  
Es el matrimonio Carrera Torres, padre de varios revolucionarios y una mujer, llamados: Alberto, Eutiquio, Francisco Sulpicio, Fausto, Antonio, Benito y Juana, Carrera Torres, otro hijo de don Candelario fue Eduardo Carrera y reconocía como sobrinos directos doña Juana a Prudencio y Ángel Carrera Torres, probablemente fueron hijos de doña Petra hermana de doña Juana, es aquí donde tienen vigencia las palabras de don Román Bernal Covarrubias quien fue soldado de los Carrera, cuando aseguraba que don Candelario vivía con las dos hermanas, sin embargo esto requiere de mayor investigación histórica.


Ahora bien, Octaviano (desconozco su grado militar hasta el momento) y el Coronel Mariano Carrera Muñoz, hermanos de don Candelario, también entraron en la revolución y defendieron la causa hasta el ultimo momento.


Otros familiares de apellido Carrera son: Rafael Carrera Ávila, con grado de teniente coronel y Miguel Carrera Ávila quien fue fusilado por los carrancistas en la barda del corral de la hacienda de Calabacillas, estos dos militares fueron hermanos de la señora Ma. Santos Carrera Ávila y el padre de ellos fue Tiburcio Carrera.


Tiburcio fue hombre muerto, cuando quiso escapar de un piquete de soldados carrancistas que llegó a Calabacillas allá por 1917, pero lo alcanzaron los citados enemigos; primero le mataron la mula en que trataba de escapar y después lo aprendieron y sin más juicio lo colgarlo de un mezquite muy cerca del estanque viejo de la Hacienda Calabacillas Municipio de Bustamante, Tamaulipas.
Estos últimos datos fueron proporcionados por familiares de los Carrera Torres, cuyos nombres son: Mateo y José Santos Martínez Carrera, el 27 de junio del 2010 y corroborados por un servidor con las fechas alusivas al rompimiento de los Carrera Torres con los carrancistas, para seguir al Villismo.


Cerraré la presente columna con la siguiente reflexión. Un día como hoy, el pueblo mexicano de todas las clases sociales, sobre todo humildes y clase media, entre rancheros y haciendas menores, le dijeron basta al porfirismo, a los caciques, hacendados extranjeros y mexicanos que explotaban sin medida alguna en los diferentes aspectos, para que tú y yo como ciudadanos libres que somos, gozáramos de la tranquilidad que se respira entre comillas, pero ya no queremos revoluciones de ese tipo, busquemos alternativas diferentes, porque recordemos que en Bustamante, Tula, Palmillas, Jaumave y Miquihuana, entre otros municipios tamaulipecos, se han gestado los movimientos revolucionarios de 1810 y 1910, con Mateo Acuña y Alberto Carrera Torres.
Res non verba.

A FUEGO LENTO III Por. J. León Rodríguez Zúñiga Cronista Municipal Correo electrónico: J.LEONRZ@hotmail.com.