martes, 1 de junio de 2010

ENSEÑANDO EL CUERNO

Si pudiéramos hacer una encuesta verdadera sobre los edificios públicos más visitados en estos momentos, no dudaríamos ni un segundo en dar la respuesta contundente. Son los que tienen movimiento político en cada rinconcito de patria mexicana.

En Tamaulipas, el edificio de X Partido y sus filiales, lucen abarrotados por muchos motivos. Unos van a saludar a los amigos, otros a pescar con anzuelo fino, no falta quien a checar el dato vertido o escuchado en la esquina de tía cuerda, pero algunos otros a regalar lo que no tienen, pero que bien lo pueden comprar con recursos del ixtle, que bien puede ser un regalo tierno, recién sacado del corral y ahora llega en canal, pero eso no es nuevo, es una practica centenaria con el propósito de comprar afecto o simplemente, reafirmarlo. (Usted me entiende y si no es así, es porque su conciencia no la vende, ni anda en busca de una prebenda).

Otro edificio es el que alberga los pasteles del futuro, pues ahí se maneja todo el engranaje confidencial y se dan las primeras y últimas embetunadas de alto nivel, en busca de una mejora continua en los deberes encomendados a los que hacen que marche tranquilamente el aparato en busca de un destino mejor.

Si trasladamos esta radiografía a los lugares cuevíveros, nos encontraremos con las mismas características, unos arropan, cobijan, cuidan y recudían las cuevas de “x” valle, porque saben que ahí encontrarán su salvación si les sale bien el proyecto de poder y de vida que han planeado, no importa vender la cosa al diablo, digo cosa en sustitución del alma, pues el poder, la avaricia, el egoísmo, la envidia, pocas veces comulgan con el deber ciudadano, o sea por amor al partimiento, pero al partimiento de madre tierra, que es la que da el sustento del ser humano, que se dedica a cultivarla.

En los montículos donde descansan los tesoros de los dioses encabezados por su primer jefe Quetzlcoatl, un remolino de gente es poco, para comparar las diversas necesidades que se tienen de parte de los visitantes barbados, unos quieren mejorar su chinampa, otros arreglar su mundo emocional,… pero raro será el que llega para hacer una propuesta positiva, en beneficio de las tribus o simplemente de las calzadas de su cuadra, la vereda de sureyno o el carril enmantado, pues ahora si no hay tributo dadivoso, no hay quien ofrezca la fatiga voluntaria aduciendo que no hay asunto aunque se caiga el penacho al topar con las nubes.

Pero bueno, es muy probable que usted esté pensando que me salgo del carril, para agarrar vereda, nada de eso, simplemente realizo el comentario y espero estar en la parte equivocada, pero de lo que sí estoy seguro, es que en estos momentos, todos los aspirantes a puestos de elección popular, tienen en su mapeo personal que son unos triunfadores y estoy de acuerdo con ellos, pues todo individuo, sin importar el sexo, que levanta la mano para decir este soy yo, ya tiene un espacio en la critica ciudadana para juzgarlo por su valor o inquietud para llegar a su meta propuesta.

Este ruido me recuerda, tiempos pasados cuando veía a un señor de edad, muy seguro de si mismo, montado en un asno de color prieto, pero pelechando, con su silla adaptada perfectamente, bozal y freno a la vez, porque decía que de repente mostraba lo sobrado el animal y era mejor aplicarle la rienda de freno.

Lo que me extrañaba del señor, era cuando empezaba a desamarrar un objeto medio curvo muy arregladito, con dos agujeros uno en cada extremo, claro uno grande y otro chiquito, pero ni era la escalera para ir al cielo o el chorrito de la fuente que se hacía grande y se hacía chiquito….,…

Era un cuerno arreglado que se llevaba a la boca, le inyectaba aire y salía un sonido mágico que hacía que se vinieran corriendo unos variados ejemplares, entre gordos y trasigados otros, para dentro de un rato, ya tenía un montón de bellacos ejemplares muy cerca de su mano y platicando con ellos por su nombre. Después, con el correr de los meses, escuché el sonido en mi casa, era un domingo, lo seguí; me llevó hasta un cuarto viejo por la calle Juárez y observé a otra persona, no se si sería otro cuerno, pero nadamas él estaba y le dije, oiga pero aquí no vienen, dijo van a llegar. Dentro de un rato se llenó de gente,… y me dijo ya vez muchachito que si llegaron, pero esto es una junta ejidal o sea, es otra cosa.

Creo que desde entonces entendí, para que se ocupaba el cuerno de sonido mágico, pero creo que en la actualidad, ya nadie lo utiliza, pero si alguien tiene uno se lo encargo, para reliquia.

Res non verba.

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