domingo, 27 de abril de 2008

PERIPECIAS DE UN PRINCIPIANTE.

Hacen unos días (19 de abril 08) asistí a la Cd. De Mante, Tamaulipas, con la representación del Municipio de Bustamante por indicaciones del Presidente Municipal, Prof. J. Antero Medina Cruz, en voz de su secretario del R. Ayuntamiento Prof. Felipe Reyes Zúñiga.
En esa reunión de cronistas di a conocer una vez más la importancia de la historia de nuestro municipio, exhaciendas, lugares turísticos por abrir, el punto geográfico donde nació el Prof. y Gral. Alberto Carrera Torres, la biznaga más grande del mundo (conocido), las minas que dieron origen a la fundación del Pantano, Real de Los Ynfantes y ahora Mineral de Bustamante, aunque por costumbre se conoce como Bustamante.

Después de la participación alguien le comentó a un maestro jubilado sobre mi intervención histórica y quiso conocerme para dialogar un poco, sobre sus peripecias cundo se inició como maestro rural en Tamaulipas y precisamente en Bustamante. Después de escucharlo y comprobar que estaba diciendo la verdad en cuanto a puntos o ejidos del municipio, le pedí su autorización para tomarle la fotografía y realizar la entrevista formal, quien aceptó de una linda manera y de ese diálogo surgió lo siguiente.
¿Cuál es su nombre maestro? R.- Mi nombre es Santiago García Hernández? ¿A dónde fue asignado en sus primeros años como maestro? R.- Pues mis órdenes me las dieron con asignación al municipio de Bustamante el año de 1955, con fecha 20 de septiembre y me mandaron a sustituir al profesor Cutberto Villasana, originario de Dr. Arroyo Nuevo León y que trabajaba en el Ejido San Antonio de Padua a unos cuántos kilómetros del rancho. Mire, yo pase unas verdaderas peripecias para hacerme llegar hasta el lugar asignado, había sacado el boleto en la oficina de unos autobuses de trompa que iban para Bustamante llamados transportes “Tamez” que estaban en el 22 Democracia de la ciudad y esa línea me llevaría a Palmillas donde estaba instalada la supervisión escolar cuyo inspector se llamaba Pedro Montalvo. En ésos días decían que se había crecido tanto el Río Chihue que no podían pasar los carros y que ya se habían llevado las corrientes bravas a unas personas, por ello decidí cancelar el boleto y me fui a dar vuelta por Linares, N. L., Matehuala, S. L.P. y me bajé en un punto llamado el Huisache, de ése lugar agarré un autobús a Cd. Tula y luego a Palmillas, de regreso a Tula la suerte me socorrió, pues encontré al Presidente Municipal de Tula en una fonda, el se llamaba Juan Iracheta, le pedí información y me dijo: Mira al lugar que vas está muy lejos pero te voy a mandar con los reos que vienen a firmar los fines de semana.

Efectivamente, me recomendó con unos procedentes del Ejido La Tapona y ellos me llevaron hasta su lugar de origen. Ahí en la Tapona me pasé una noche que jamás se me olvidó, pues había mucho piojo blanco en el lugar donde te durmieras y se veía en la ropa de cama y de vestir. De ahí el delegado Municipal me mandó a caballo hasta San Antonio, pasando por La Sabanilla, Montevideo, Las Albercas, La Higuera, San Nicolás, San Francisco y San Antonio. Mi escuela se llamaba y espero que siga con el mismo nombre: “Sor Juana Inés de la Cruz”; le diré que era unitaria y se me puso difícil para atender a tanto alumno, pues acudían de otras comunidades como: Loma Rasa, La Higuera, Macuate y San Francisco, por ello opté por pagar a un auxiliar en Loma Rasa, el se llamaba Marcelino Hernández y espero que todavía viva, entre los alumnos que recuerdo están Abigail, Ma. De Jesús, Blas y Gil Mendoza Torres.
Los maestros que recuerdo que estaban en Bustamante fueron: Bardomiano Maldonado Zúñiga, Sofía Pérez (su esposa), Trinidad Palacios Guzmán, (los tres de Jaumave). En Las Albercas estaba Octaviano Contreras Amador, en Las Antonias, Abelardo Desilos Pedroza; en Caracol, José Ángel García, quien por cierto se llevó la flor más bella del ejido; en el Gavilán, Francisco Obregón (tulteco), vestido de traje y todo un personaje con altos y bajos, bueno un día me hizo pagar un cuenta, después nos fuimos a su casa, pero jamás salió y yo tuve que arreglármelas para pedir posada en una casa de huéspedes y hacerme llegar a San Antonio y sin dinero, pero bueno por los amigos uno se quita la camisa y después tu sabes si lo sigues haciendo.
Otra de las cosas que me pasó en Bustamante fue la siguiente: Como yo tenía 17 años cuando empecé a ejercer, por ello debería asistir a realizar mi servicio militar a Bustamante los fines de semana y una ocasión llovió mucho y no pude llegar a la villa, el siguiente fin de semana acudí normalmente y cual sería la sorpresa, pues me arrestaron junto con otro compañero y nos metieron a la cárcel del pueblo por varias horas, el Presidente Municipal era Candelario Tejada Hernández. Ahí cantamos canciones como: “El 7 leguas, Juan Charrasqueado, El Carcelero y otras”, pero el compañero Bardomiano, habló por nosotros y nos sacó del bote; ese lugar estaba tan feo que daba miedo, tenía suciedad humana, pinturas diabólicas, ratas, arañas, era tan insalubre que parecía un verdadero basurero, no hacían el aseo.
Bueno, duré 2 años en San Antonio, después me cambié a Magdalena Aguilar 3 años, más tarde a Palmillas, Gómez Farías, Cd. Mante, la Marina, Mante, González y Ocampo. Me jubilé a los 34 años(1989) de servicio como supervisor y ahora vivo tranquilamente en esta ciudad. Para terminar debo decirle que estoy muy agradecido con todos los que me dieron la mano en mis primeros años de servicio, de San Antonio. Federico e Irene Mendoza, Ismael Torres y doña Lupita su esposa. En Bustamante, llegaba con don Wenselado Herrera y dona Sofía, ellos me daban hospedaje, tenían una hija llamada Fela o Felicitas, a ellos les estoy muy agradecido, lo mismo con don Miguel Aguilar y doña Rebeca Tejada (su esposa). Terminó diciendo: Yo escuché un tocadiscos que decían que era de un señor llamado León, los campesinos comentaban que lo escuchaban hasta la cierra donde tallaban y disfrutaban las canciones y corridos. “Mataron a la paloma, Juan Bedolla, Juan Ledezma y muchas más, por ello también platicaban que el “tocarriscos” (de broma) se escuchaba hasta las piedras donde se encontraban tallando”.

Res non verba

P.D. La próxima columna: explicación histórica del Rancho Atarjes, lugar de nacimiento del Prof. y General Alberto Carrera Torres.

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